Pensamientos saludables: Di NO al stress

pensamientos saludables

La personas debemos integrar la importancia de tener unos pensamientos saludables (nuestro título de hoy) ya que en buena medida de ello depende nuestra salud, tanto física, como mental, como también espiritual.

La calidad de nuestros pensamientos no solo incide directamente en la calidad de nuestros resultados sino que también tiene una incidencia directa en la calidad de nuestra salud. Y muy al contrario de lo que las personas pensamos, no solo en nuestra salud mental sino también en nuestra salud física.

Sabemos que los pensamientos son constantes en nuestro cerebro y que estos mismos generan en nuestro cuerpo una serie de emociones. Estas emociones a su vez provocan que nos pongamos en marcha para generar una serie de acciones que como fruto nos dan unos resultados. Esto es sobradamente conocido y, aunque no le prestamos aun la suficiente atención, ya hemos leído o escuchado en multitud de ocasiones que unos buenos pensamientos conducen a unos buenos resultados y que por el contrario unos pensamientos negativos nos traen consigo unos resultados también negativos.

¿Y a nivel físico?

Lo que parece ser que no tenemos integrado con la suficiente claridad  todavía (por su importancia) es el conocimiento o , mejor dicho, la certeza que nuestros pensamientos generan una serie de sustancias químicas que distribuidas a través de la médula espinal a todo nuestro cuerpo hacen que este ultimo tenga las mismas sensaciones que nuestra mente generando así   un equilibrio que en ocasiones puede resultar  “traicionero” si no somos conscientes de ello.

Y me explico:

Cada pensamiento que generamos, aparte de múltiples conexiones nueronales,  lleva consigo la creación de unas sustancias químicas que envían a través de la médula espinal para que esta reparta dichas  sustancias por todo nuestro cuerpo y este se sienta acorde con nuestros pensamientos. De este modo conseguimos ese equilibrio entre nuestro cuerpo y nuestra mente que en ocasiones puede ser tan deseado como nocivo si no sabemos manejarlo.

En el caso de los pensamientos negativos nuestro cerebro genera las sustancias “malas”  (llamémosles del stress) como son la adrenalina, nonadrenalina y la serotonina    y en el caso de nuestros pensamientos positivos  genera y envía  sustancias como la dopamina y las endorfinas.

Si tenemos en cuenta que nuestro  cuerpo no distingue entre “bueno” o “malo” y simplemente se limitará a recibir las sustancias y a cumplir con su función esto tiene un cierto riesgo para los seres humanos ya que si no somos conscientes del tipo de pensamientos que tenemos mayoritariamente durante el transcurso de nuestros días, horas y minutos podemos hacer que nuestro cuerpo se veo abocado inconscientemente a actuar desde el stress demasiado tiempo.

Sobreviviendo a los peligros ¿reales?

Cabe recordar que nuestro cerebro primitivo fue “especialmente” diseñado para sobrevivir y que frente a peligros reales activaba todos sus mecanismos   para que frente a ese determinado peligro nuestro cuerpo, a través de esas sustancias químicas que recibía,  actuara acorde con la situación de peligro a la cual se enfrentaba y se defendiera, huyera o se escondiera.

La gran diferencia entre aquellos tiempos y los de ahora no es el cerebro humano (que más bien, dicen los expertos, que ha evolucionado relativamente poco) sino la utilización del mismo, es decir, de nuestros pensamientos. Como hemos dicho, antiguamente y frente a un peligro realdonde en muchas ocasiones podía estar la vida de la persona en juego, se activaban todos los mecanismos mentales para que a través del proceso brevemente descrito anteriormente el cuerpo obedeciera una determinadas ordenes comportándose acorde al peligro que tenía delante.

Hoy por hoy tenemos el grave problema que nos hemos acostumbrado a ver peligros “reales” todo el día cuando en realidad no es así. Por consiguiente podemos deducir fácilmente que vamos con el “modo stess” activado a todas partes.

Nuestro jefe no es un peligro real, llegar tarde a cualquier sitio no es un peligro real, pre-ocuparse de las cosas (miedo) no es un peligro real, el alboroto de nuestros hijos en casa o el desorden no son peligros reales, sino que nos hemos acostumbrado a verlos como tal. Cuando generamos tal cantidad de pensamientos negativos enviamos señales a nuestro cuerpo para que las emociones que este reciba sean acordes con nuestros pensamientos, es decir, para que nuestro cuerpo sienta las mismas sensaciones negativas que siente nuestra mente.

Desactivando el “modo stress”

Para poner un símil fácilmente entendible ir con el “modo stress” activado durante todo el día es como recorrer 200 kilómetros en motocicleta y no pasar de la segunda marcha aun yendo por autovía ¿Te imaginas? ¿Qué ocurriría?

Me gustaría que recordaras este símil cada vez que sientas que tu cuerpo se acelera o no se siente lleno de paz, armonía y amor que, dicho sea de paso, es y siempre será su estado natural aunque a veces (demasiadas) nos empeñemos en sacarlo de allí.

Para ello es fundamental que cada vez que emprendas una acción te paras y analices como esta acción te hace sentir a nivel físico. Si tus sensaciones son negativas (angustia, ansiedad, miedo o stress) quiere decir que estas activando de nuevo el “modo stress”.

En el siguiente post hablaremos de como poder “desactivar” y cambiar estos pensamientos negativos cuando son predominantes en tu dia a día pero aquí os dejo un video-consejo para ilustrar un poco más este artículo.

Fuente: yogastyle , bioguia

Preferencias de privacidad
Cuando visita nuestro sitio web, puede almacenar información a través de su navegador de servicios específicos, generalmente en forma de cookies. Aquí puede cambiar sus preferencias de privacidad. Tenga en cuenta que el bloqueo de algunos tipos de cookies puede afectar su experiencia en nuestro sitio web y los servicios que ofrecemos.